Suiza es el mejor país del mundo para los amantes del esquí, aquí podemos encontrar estaciones para todos los gustos y niveles, incluso hay estaciones únicamente para expertos, os podéis imaginar como son ¿no? prácticamente laderas de montañas ¡casi verticales! a las que se accede en la mayoría de los casos en trenes cremallera o en helicóptero.
En mi caso, que tengo un nivel más bien bajo en comparación con el nivel que hay aquí y que además llevaba sin esquiar nada más y nada menos que 12 años os diré que disfruto mucho en estas montañosas tierras, pero que nunca habia experimentado la sensación de cansarme bajando una pista, hay pistas kilométricas, y no exagero, teniendo en cuenta que el dominio esquiable de Gstaad por ejemplo, al que pertenece Glaciar 3000 tiene más de 200km de pistas...
Hay pistas para todos los niveles, eso sí, hay que reconocer que incluso las de principiantes son algo más complicadas que las españolas.
Para acceder a las pistas, al estar tan altas, normalmente hay que coger un "huevo" o telecabina como en el caso de Glaciar 3000 que es de la que os voy a hablar hoy.
La primera vez que vi la altura que alcanza el telecabina que te lleva hasta el glaciar, estaba segura de que no sería capaz de subir (tengo vértigo) pero bueno...lo hice y hasta con los esquís (casi sin mirar abajo) dispuesta a disfrutar de la sensación y de la oportunidad de esquiar en un glaciar a más de 3000m de altitud.
Una vez pagado el forfait que cuesta 61frc (unos 57e) subes en el telecabina (muy grande, eso sí) hasta la cima del glaciar o hasta una parada intermedia desde donde accedes a una largísima pista negra que desciende entre pinos por una ladera casi vertical.
Cuando llegas al glaciar la sensación es increíble, no es una estación transitada y tuve la suerte de esquiar sola todo el día, os aseguro que lo que sentí era rarísimo pero muy placentero desde luego, un silencio absoluto, un poco de mareo y una sensación como si estuviese en una pecera, o en algún lugar con una atmósfera diferente, no se... increíble!
Rodeada por los Alpes mires donde mires, esta estación es ideal para esquiar con niños ya que al ser un glaciar está más protegida, además tiene un gran parque de nieve, y la pista de bobsleigh situada a más altura del mundo adaptada para que pueda ser usada con niños.
Hay varios restaurantes, uno al que se puede ir sin tener que esquiar que está nada más salir del telecabina y otro que está en lo alto de una de las pistas, en la roca Quille du Diable, al que se llega cogiendo un remonte y que está genial. Tiene una prqueña terraza robada a la roca desde donde la vista de la cordillera alpina te deja sin respiración, literal!
Quille du Diable, vista desde el restaurante de las pistas
Allí sentada mirando al infinito, (que en este caso son picos y más picos mires donde mires) y degustando un plato típico suizo que es la salchicha con rostï de patatas, os aseguro que sentí, creo, que un poquito lo que sienten los montañeros que son capaces hasta de morir felices en la montaña. Paz, tranquilidad y como si el mundo no existiese.
Telesila de una de las pistas
Remonte de otra pista
Yo
Yo
Preparada para el descenso dentro del telecabina
Espero que os haya gustado mi versión de esquiar en Glaciar 3000.